¡Cómo no inspirarse en un lugar así!

Con el conocimiento obtenido bajo ese sol chiclayano, pusimos pasión a la obra y trabajamos una identidad de marca que esté a la altura de esa promesa.

El resultado fue un logo que es un sol y es el campo a la vez. La síntesis perfecta. La armonía de la entrega. Con la tarjeta, el folder y la web contamos frases que nacen del corazón: ¡Paltas, nos encantan cultivarlas tanto como comerlas!. Y con estas declaraciones construimos una marca cercana, con una voz propia, que proyecta una personalidad íntegra, un espíritu respetable.

Y fuimos más allá, al diseñar con dedicación cada señal, cada uniforme, cada pieza para que se luzca con orgullo, para que todos los involucrados sientan la satisfacción que da hacer las cosas bien.